lunes, 3 de octubre de 2011

Ultimo día en Berlín


En mi visita a la Puerta de Brandemburgo salí muy decepcionado debido a la multitud de personas que allí se concentraban y a como se había transformado el lugar en un escenario de conciertos. No resultaba fácil hacer la visita ni hacer fotografías con aquella estructura instalada frente a la puerta y con las numerosas casetas y vehículos promocionales que la rodeaban.


Hoy he vuelto a hacer la visita para quitarme, de una vez, aquella espinita que tenía clavada y que me impedía abandonar Berlín con la satisfacción de haber visitado todos aquellos lugares que son considerados como los más relevantes de la historia de la ciudad, de Alemania, de Europa y del mundo en general.
Hoy si que he podido disfrutar de una visita que, inevitablemente, te remonta a épocas pasadas.


En tren me desplazo hasta la estación de Ostbahnhof en cuyas proximidades, y después de visitar un curioso mercadillo de antigüedades, se encuentra la East Side Gallery. Más de un kilómetro del muro que dividió la ciudad, se conserva allí y fue en 1990 cuando se encargo a 120 artistas de una veintena de países,  que cubrieran el muro con graffitis alusivos a la división de Berlín y a la unidad de los pueblos. Esta muestra de arte contemporáneo a orillas del Río Spree se hizo llamar East Side Gallery.
Terrazas de verano y playas artificiales ofrecen un ambiente relajado quitando dramatismo al recuerdo que este muro, hoy convertido en galería, despierta en aquel que lo visita.


A pocos metros de allí se encuentra el Oberbaumbrücke. Un puente que, construido a finales del siglo XIX y flanqueado por dos bellas torres, ostenta el honor de ser el más largo y famoso de Berlín.


El tren vuelve a ser mi medio de transporte para llegar a La Alex (Alexanderplatz) donde puedo contemplar, a la luz del día, la fabulosa Fuente de Neptuno.


Tras disfrutar de la gastronomía berlinesa y descansar un poco, emprendo la marcha hacia la Universidad de Humboldt, la primera universidad de Berlín y frente a ella Bebelplatz, la plaza en la que se produjo, en Mayo de 1933, la famosa quema de libros de manos de los nazis. En el suelo de la plaza, un cristal permite contemplar la conocida Biblioteca Vacía. Una obra en recuerdo de lo sucedido en aquel lugar.


Muy cerca se encuentra el Neue Wache (Nuevo Cuartel). Actualmente es un monumento conmemorativo a las victimas de la guerra.


Hoy es mi último día en Berlín. Mañana regreso a España donde la rutina será combatida con los muchos recuerdos que este y otros viajes imprimen en mi memoria.

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