Lo prometido es deuda y, aunque el cielo estaba medio nublado, no me he dejado amedrentar y toalla al hombro me he lanzado a la calle. He decidido que, como mi presupuesto para taxis ha llegado a su fin, mejor era aventurarme a coger el "ominbus" como dicen ellos. 40 km me separan de la playa anhelada pero, sin percances en el trayecto y con un notable ahorro económico en el desplazamiento, he llegado a mi destino. Allí me esperaba altivo el faro de Itapuá, vigilante, protector. Una hora de autobús que, no cabe duda, ha merecido la pena.
Poco mas puedo deciros; playa, playa y mas playa. Un paraíso que he disfrutado en solitario. Mi única compañía era la familia que me ha dejado la tumbona y la sombrilla con la única condición de que consuma algo a cambio. La excusa perfecta para disfrutar de unas cervezas heladas con el sonido del océano llenándolo todo.
Conforme avanza el día van apareciendo nuevos personajes en mi playa; un bañista local que se da un chapuzón, una joven pareja de enamorados que se sube a una roca para contemplar como rompen las olas a sus pies. Un par de socorristas que con hilo de pescar y un anzuelo pasan el rato intentando procurarse la comida de hoy, un surfista que cabalga las olas como un auténtico cuatrero, un submarinista que, pertrechado con neopreno, gafas, aletas y arpón, surge de entre las aguas con un pez pinchado en su tridente. Todos se han dado cita en mi playa, alternándose unos y otros, respetando la calma y la soledad de la que yo estaba disfrutando.
Wow!!!, yo pensé que estaba nublado pero, incluso así, el sol quema. Me queda un rato dándome "after sun" por todo el cuerpo y, después,... quizá me anime a salir a Pelourinho. Los martes son día de fiesta. En realidad todos los días son de fiesta en Bahía pero, el martes lo celebran especialmente.
Mañana os cuento.
Como se disfrutan esos momentos de soledad,contigo mismo y pensando en tus cosas o en ....nada!y mirando el mar..es lo mas!!!Vas a venir mas relajado..Me alegro!!
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